Acá te dejo un resumen de "Los vecinos mueren en las novelas" de Sergio Aguirre, que hice yo, espero que te sirva!
Biografía del autor SERGIO AGUIRRE (click ACÁ)
Análisis del libro (click ACÁ)
Más sobre RELATO ENMARCADO (click ACÁ)
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Capítulo 1: Visita después de una tormenta
John Bland y su esposa Anne se mudan de Londres al campo, en las afueras de Chipping Campden. El primer día de mudanza, él se encuentra en el jardín sacando una rama de un árbol que se había caído por una tormenta cuando su mujer le dice que recibió una llamada telefónica de su padre enfermo, y que debe ir a Londres y quedarse con él hasta el otro día. Sólo, y sin ganas de desempacar, John decide visitar a su nueva vecina, una mujer mayor que vió en el jardín de una casa cercana. La anciana se llama Emma Greenwold y tiene alrededor de 80 años. John se presenta y la Sra. Greenwold le ofrece pasar a tomar el té. Luego de hablar un rato, la anciana le pregunta por su profesión y él le dice que es un escritor de novelas policiales. Ella le pregunta si ya sabe de qué se va a tratar su próximo libro y él le dice que no. Como la mujer es amante de este género, decide contarle una historia real que le pasó a ella en 1954 y que tal vez le interese escuchar para su próxima novela.
Capítulo 2: ¿Viaja usted sola?
Emma, la joven Sra Greenwold, se encuentra en King’s Cross para tomarse el tren. En la estación una mujer le ofrece flores y ella la rechaza de manera grosera. Se sube al tren en la plataforma 5, cuyo vagón tiene las cortinas cerradas. Al ingresar a un compartimento ve que hay una joven mujer en la oscuridad que parece ocultarse de alguien. Luego de que se largara a llorar cuando Emma le pregunta si está bien, la joven dice que un hombre la quiere matar y que no sabe si él ha subido al tren.
Capítulo 3: Algo abominable ha sucedido en ese cuarto
Emma, horrorizada por lo que le dice la joven, quiere avisar al guardia sobre la situación, pero ella no se lo permite porque tiene miedo de que le pase algo si sale del compartimiento. El tren parte. La joven decide contarle lo que sucedió a Emma.
Le cuenta que es una mucama y que sus patrones están de viaje en París así que ese día ella se encontraba sóla en la casa terminando de cerrarla. Cuando estaba en la casa, revisó todas las ventanas de las habitaciones y a través de una vió que dentro de la casa vecina había un hombre calvo cuya cabeza subía y bajaba, frente a la ventana. Ella no sabía qué hacía el hombre pero estaba segura de que era algo siniestro. El hombre la vió en la oscuridad del cuarto y ella se fue corriendo muy asustada a llamar a la policía. Como sabía que llamar a la policía por una sospecha no era una buena idea, decidió no hacerlo. Terminó de cerrar la casa, tomó su valija y se fue a la estación de tren en taxi, aunque todavía sentía que el hombre la observaba, incluso cuando se subió al vagón del tren. Una vez en el compartimento, miró por la ventana y vió nuevamente al hombre calvo que la había perseguido.
Capítulo 4: Una noche en el infierno
Emma, cree que la muchacha está exagerando o que se confundió, pero igualmente decide ayudarla. La joven se llama Julie. Emma intenta ayudarla y para eso revisa todos los compartimentos del tren en busca del supuesto asesino, mientras Julie se esconde en el toilet. No lo encuentra. Luego, más tranquilas deciden dormir. Julie dice que todavía se siente observada por el señor calvo.
Capítulo 5: Pánico en la estación
A la mañana siguiente Emma va al tocador pero cuando vuelve ve que las cortinas estaban cerradas y piensa que el asesino está adentro y que ha matado a Julie. Asustada, decide huir porque piensa que ella también podría convertirse en una víctima.
Cuando Emma termina su historia John se muestra apático y además siente que ha sido engañado por la mujer. Cree que la historia es buena, pero inventada, porque muchas cosas no tienen sentido, como por qué Julie no se bajó del tren o por qué no le avisó al guarda. John cree que la Sra Greenwold inventó esta historia porque él es escritor de policiales y lo quiere engañar para que crea que eso le pasó a ella realmente. Ella le dice que sería una buena historia para su próximo libro y, aunque a John le pareció una historia atrapante, le dice que es inverosímil.
Capítulo 6: Vivir en el campo no cambiará las cosas
John sigue despreciando la historia de la Sra Greenwold y la califica como una anécdota. La anciana se disculpa por pensar que su historia sería buena y le pregunta a John si su próxima novela será más interesante. John responde que sí y al instante se da cuenta de que ella ya le había preguntado eso y que él ya le había dicho que todavía no tenía una idea para su próximo libro.
Enojado decide contarle el argumento de su próxima novela con el fin de asustarla:
Un joven y mediocre escritor de novelas policiales visita a una anciana vecina luego de que su mujer recibiera una llamada de su padre enfermo; aunque él sabe que en realidad ella se iba a ver con su amante. John explica cómo el escritor había sido engañado y que por esa razón se habían tenido que mudar al campo. El escritor y protagonista de su historia no sabe hasta que llega a la casa de la anciana, que ha decidido matarla.
Capítulo 7: Una novela ha comenzado
John le sigue contando la trama de su novela a la Sra Greenwold y le dice que siente que eso que inventó para su historia, ya ha comenzado. John le cuenta el plan del escritor y le explica cómo haría para luego de matar a la anciana, también matar a Anne de una manera similar. Sabe que con una coartada, no habrá sospechas sobre él.John agrega que los crímenes en la vida real no son divertidos como en las novelas.
Luego de escuchar ese relato, la Sra Greenwold le dice que le parece una historia perturbadora y se alegra de que sólo sea una historia para una novela. La anciana claramente quería terminar el encuentro, pero John, disfrutando de haberla asustado, le pide otra taza de té y se queda sentado. Cuando ella regresa con el té le dice que ha estado pensando sobre su historia y que cree que le irá muy bien; aunque agrega que su anécdota del tren también era buena. Le dice que como él se sinceró con ella y le contó su idea, ella también le va a contar una historia que imaginó sobre aquello que sucedió en el tren. Confiesa que ella le había contado la historia la primera vez para que él se interesara en escribirla y así también poderle contar esta nueva historia creada por ella para que lo publique. Y si bien su historia le había parecido a John una simple anécdota, ella decide contarle no sólo lo que vivió sino también lo que imaginó. John termina su té y escucha su historia.
Capítulo 8: Un hombre en quien confiar
La Sra Greenwold cuenta que ella imaginó que la historia había comenzado en Londres. Que una joven de aspecto agradable, que no confiaba en los hombres, había conocido en una plaza a un hombre llamado Robert Barnes, del cual se terminó enamorando a primera vista. Él estaba casado con Helen hacía más de 20 años, una mujer más rica que él, ya que era un artista. Robert también se había enamorado de la joven pero no se decidía a dejar a su esposa.
Capítulo 9: Mucho más loca que tú
El día del crimen, su amante lo llamó a la casa para preguntarle si ya había hablado con su esposa. Dudando de él, la joven le preguntó si la amaba y luego de que Robert contestara que sí, le pidió que confiara en ella.
Más tarde ella apareció en la casa de Robert para decirle toda la verdad a su esposa. Luego de discutir a los gritos, la joven le dijo a Helen que ella se iba a quedar con Robert, su casa y que en ese instante utilizaría su cuarto de baño. Helen la persiguió, entró al baño y luego de que la otra mujer la empujara, golpeó su cabeza contra el filo de la bañera y murió.
Capítulo 10: Algo se mueve en la casa del vecino
Robert no podía creer lo que había sucedido pero su joven amante le dijo que la historia que dirían era que Helen estaba borracha y se había resbalado por accidente.
Robert comenzó a limpiar la sangre del baño y cuando estaba refregando, vio que alguien lo observaba desde la casa del vecino. No pudo ver quién era pero vio el temor en sus ojos. Luego de avisarle a su amante, ambos decidieron matarla porque no sabían lo que había visto y si su plan estaba en riesgo. La joven mucama finalmente salió de la casa vecina con una valija, y Robert y su amante la persiguieron.
Capítulo 11: Un doble descubrimiento
La Sra Greenwold sigue contando la historia muy concentrada, como si tuviera que hacer un esfuerzo por recordar. Le sirve otra taza de té a John y continúa:
Cuando llegaron a King’s Cross, Robert se fue a los andenes y su amante a las taquillas. Una mujer le ofreció flores y ella la rechazó de manera grosera. Sacó un pasaje a Edimburgo y se subió al tren en la plataforma 5, luego de que Robert le indicara en qué vagón se encontraba escondida la mucama de sus vecinos.
Robert le preguntó a su amante, a quien se refiere por primera vez como Emma, qué estaban haciendo, y en ese momento Emma se dio cuenta de lo débil que era Robert en realidad. Al ingresar a un compartimento vio a la joven y se repite el diálogo que la Sra Greenwold contó en su primera historia.
Capítulo 12: Dos monstruos
Para no dejar cabos sueltos, Emma, la amante de Robert, fingió querer ayudar a la mucama y la mató mientras dormía.
Capítulo 13: Un hombre en quien no confiar
Cuando la Sra Greenwold termina su historia, ya es de noche. John está asombrado porque el relato había logrado perturbarlo. Está sorprendido por la habilidad de la anciana para las historias y porque jugaba su mismo juego de una manera brillante.
En ese momento se le ocurre una idea para su novela, mejor que la anterior: un joven escritor visita a su anciana vecina y le cuenta una historia sobre un crimen para tapar otro crimen para atemorizarla, sin saber que la anciana hará lo mismo con él.
John elogia a Emma y le dice que parece una escritora de novelas policiales. Luego le vuelve a preguntar si realmente ella no es escritora, a lo que ella contesta que no. John está entusiasmado y ya no siente el fastidio que sentía antes; se siente a gusto y continúa elogiando a la Sra Greenwold. Sorpresivamente, ella le pregunta si él es realmente un escritor. John está confundido y no entiende la pregunta. Emma le dice que él no puede ser escritor porque cuando le contó la historia por primera vez, no mostró ningún interés en ella. Y piensa que un verdadero escritor de novelas policiales nunca dejaría pasar una oportunidad así. También le parece sospechoso que la visite en el mismo día de su mudanza, porque es poco creíble. Ella cree que el argumento de la próxima novela que John le contó es la verdad, porque está convencida de que él no es un escritor.
John intenta convencer a Emma que él es un escritor inofensivo y ella le dice que esa tarde en el andén Robert también le había dicho que la mucama era inofensiva. John se sorprende cuando Emma revela que la historia es verdadera, y que ahora debía matarlo. John le explica que le contó esa historia para asustarla porque él estaba irritado porque su relato había sido formidable. También estaba fastidiado porque creía que la historia era inventada aunque la Sra Greenwold había dicho que era verdadera.
La anciana le dice a su vecino que lo lamenta y le confiesa que le ha puesto veneno en el té. John toma el teléfono, que no tiene tono. Emma le dice que por esa razón sabe que él no es su vecino, porque la tormenta ha dejado sin línea a toda la zona y que, por lo tanto, la historia de que su mujer se fue porque la llamaron, es imposible. John entra en pánico y se quiere ir. La anciana le dice que si muere en su casa nadie sospechará de ella y lo deja ir. Sin mirarlo, ella le pregunta si le creyó todo lo que le dijo.
Capítulo 14: Final de una novela
John, confundido, observa a la anciana, y le contesta que sí, que le creyó. Emma le dice que es hora de que se vaya a su casa. John corre por el campo de noche. Piensa en lo que le dijo su esposa, que su papá la había llamado. Cuando llega a su casa no puede abrir la puerta porque olvidó las llaves en la chaqueta en la casa de su vecina. John mira por la ventana y ve el teléfono sobre la chimenea. De repente, siente una especie de ardor, una sensación nueva. Sus brazos le dejan de responder, luego sus piernas. Cae contra el muro de su casa y mira al bosque, sin intentar moverse. Cierra los ojos y ruega que todo aquello sea sólo una novela.