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RESUMEN | 'Los buques suicidantes' de Horacio Quiroga

  • Writer: todomenosleer
    todomenosleer
  • 17 hours ago
  • 6 min read

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Un buque fantasma, una tripulación que se desvanece una a una, y un misterio que flota en el mar como una niebla hipnótica. Los buques suicidantes es una inquietante narración sobre la locura, la sugestión y lo inexplicable que acecha en las aguas más tranquilas. Horacio Quiroga nos lleva al límite de lo real en una historia que, como el mar, esconde sus monstruos bajo la superficie.


RESUMEN del cuento 'Los buques suicidantes' de Horacio Quiroga:

El cuento inicia con una afirmación impactante: pocas cosas son tan terribles en el mar como encontrarse con un buque abandonado. De día puede evitarse el choque, pero de noche, la colisión es inevitable y puede ser fatal. Estos buques abandonados navegan erráticamente, llevados por el viento o las corrientes, sin ningún control. Algunos acaban varados en los mares de sargazo, donde quedan inmóviles hasta descomponerse. Sin embargo, otros continúan su deriva silenciosa y peligrosa.


Aunque la mayoría de los abandonos de buques son consecuencia de tempestades o incendios, hay casos extraños, como el del María Margarita. Este buque zarpó de Nueva York en 1903 y fue avistado en perfecto estado cuatro horas antes de ser hallado completamente vacío. La cocina seguía funcionando, las ropas estaban colgadas secándose, una máquina de coser tenía la aguja suspendida sobre una costura. Todo estaba en su sitio, pero no había rastro de la tripulación. Nadie supo nunca qué ocurrió.


Este caso es narrado por el capitán del barco en el que viaja el narrador. Están de noche, en cubierta, en una atmósfera propicia para el misterio. Las mujeres del grupo escuchan con inquietud, y una joven recién casada lanza una hipótesis ingenua: ¿y si fueran águilas las que se llevan a los marinos? El capitán responde con una sonrisa amable, descartando esa idea. Todos ríen.


En ese momento, otro pasajero, que hasta entonces había sido discreto durante el viaje, interviene para contar una experiencia personal. Dice que también se encontró una vez con un barco a vela abandonado. Su propio barco, también a vela, se aproximó y enviaron una chalupa. A bordo, encontraron el buque vacío, pero todo en orden. El diario de a bordo tenía su última entrada de hacía cuatro días. Ocho hombres de su tripulación fueron dejados en ese barco para llevarlo en conserva. Pero al día siguiente, cuando se acercaron de nuevo al buque, no vieron a nadie sobre el puente. Enviaron otra chalupa: los ocho hombres también habían desaparecido.


El narrador de la anécdota cuenta que seis marineros más, junto con él, volvieron a subir a ese barco. Aunque reinaba un temor creciente, se animaron bebiendo y cantando. Al llegar la tarde, el viento cesó, las velas cayeron, y el mar quedó como un espejo. La atmósfera se volvió pesada y apática. Un marinero se puso a remendar su camiseta, pero de pronto se levantó sin decir nada, fue a la borda y se arrojó al mar. Los demás lo miraron con leve extrañeza, pero no hicieron nada.


Uno a uno, los marineros comenzaron a imitar ese gesto: sin palabras, sin motivo aparente, se arrojaban al agua. El narrador fue quedando solo. Cada vez que uno se tiraba, los demás parecían por un segundo recordar algo, pero luego volvían a su ensimismamiento. Así hasta que sólo él quedó a bordo.


Él mismo dice haber sentido una gran pesadez mental, una obstinación monótona de pensamientos. Pero en lugar de luchar contra esa sensación, como probablemente lo hicieron los demás, se entregó a ella pasivamente. Cree que eso fue lo que lo salvó. Compara su experiencia con la de los centinelas de una guardia legendaria, que se suicidaban sistemáticamente noche tras noche.


Tras este relato, los presentes lo miran con asombro. Una mujer le pregunta si realmente no sintió nada más. Él insiste en que no, salvo ese desgano y esa fijación. Justifica su supervivencia en su aceptación silenciosa del destino, en no resistirse.

El grupo queda en silencio ante la complejidad del comentario. Poco después, el misterioso pasajero se retira a su camarote. El capitán lo observa con sospecha y murmura: “¡Farsante!”. Pero otro pasajero enfermo y cercano a la muerte, que lo había escuchado todo, responde: “Al contrario. Si fuera farsante, no habría dejado de pensar en eso, y se hubiera tirado también al agua.”


ANÁLISIS del cuento 'Los buques suicidantes' de Horacio Quiroga:


1. Estructura narrativa

El cuento tiene una estructura de relato enmarcado:

  • Un narrador principal describe una situación a bordo de un barco en alta mar.

  • Dentro de ese marco, se insertan dos relatos secundarios: uno del capitán sobre el buque María Margarita, y otro del pasajero misterioso, que vivió en carne propia el fenómeno de los buques abandonados.

La estructura va construyendo el suspenso de forma progresiva:

  • Inicio realista y técnico → genera credibilidad.

  • Relato del capitán → intriga, pero aún contenida.

  • Relato del pasajero → giro sobrenatural, atmósfera hipnótica.

  • Reflexión final → cierre ambiguo, filosófico y perturbador.


2. El narrador

El narrador principal es testigo de los hechos, en primera persona.No es protagonista del evento principal, pero lo observa, escucha y relata.Esto genera un efecto de distancia controlada, que permite al lector escuchar los relatos como si también estuviera allí, en la cubierta del barco, en una noche oscura, oyendo algo inquietante.El narrador no juzga, no resuelve el misterio: simplemente transmite.


3. Temas centrales

🔹 Lo inexplicable

El cuento gira en torno a un fenómeno imposible de entender con lógica. No hay causas físicas ni violentas. No hay señales. Solo una especie de muerte hipnótica que se apodera de los tripulantes.

🔹 La sugestión y la locura colectiva

Los marineros no se suicidan por voluntad racional, sino por un estado de trance, como si el buque estuviera "infectado" de una energía que va drenando la voluntad.

🔹 El miedo al vacío y a lo que no tiene explicación

El cuento expone la fragilidad humana frente a lo desconocido, a lo invisible. Lo que aterra no es el monstruo, sino la nada: la olla hirviendo, la costura suspendida, la calma total del mar.

🔹 El destino y la aceptación

El pasajero que sobrevive no lo hace por luchar, sino por no resistirse. Sugiere que aceptar la muerte puede ser lo único que nos salve de ella.


4. Personajes

🔸 El narrador

Observador curioso, representa al lector. Se mantiene escéptico y expectante.

🔸 El capitán

Figura de autoridad, ofrece el relato inquietante del María Margarita. Su narración es objetiva, pero abre la puerta al misterio.

🔸 El pasajero misterioso

Protagonista real del cuento. Su relato es el núcleo del horror. Es racional, pausado, pero lo que narra es profundamente irracional. Su explicación final mezcla lucidez, resignación y fatalismo.

🔸 La esposa joven (de las águilas)

Simbólicamente representa la inocencia, la fantasía ingenua. Su comentario rompe brevemente la tensión y marca el contraste entre lo superficial y lo profundo.


5. Estilo narrativo

  • Lenguaje sobrio y preciso, sin exageraciones.

  • Alternancia entre lo cotidiano y lo inquietante, que hace que lo fantástico irrumpa sin romper la lógica del relato.

  • Ritmo pausado, con una progresión del miedo que se filtra sutilmente.

  • Uso de lo sensorial (la calma del mar, los sonidos, los movimientos mínimos) para generar atmósfera.

  • El terror no viene de lo que se ve, sino de lo que no se entiende.


6. Símbolos y elementos clave

El buque abandonado

Símbolo del vacío existencial, de lo que ha perdido su propósito. Es un espacio donde las leyes humanas no aplican. Tiene una presencia propia, como si fuera un ser vivo que arrastra a los hombres a su muerte.

El mar calmo

Lejos de ser apacible, el mar plano y silencioso multiplica el efecto de extrañeza. Representa el infinito indiferente, donde todo puede desaparecer sin dejar huella.

La costura suspendida, la olla hirviendo

Detalles hiperrealistas que acentúan lo fantástico: no hubo violencia, no hubo huida. Solo una desaparición sin explicación. Esa normalidad detenida crea un efecto profundamente perturbador.


7. Giro final y ambigüedad

El pasajero que sobrevivió ofrece una teoría inquietante: los otros murieron por luchar contra lo inevitable. Él se salvó porque no resistió.

Este cierre no resuelve el misterio: lo profundiza. La muerte no viene por desesperación, sino por contagio, por magnetismo. La pasividad absoluta parece ser la única defensa.

El cuento no tiene moraleja ni resolución: deja al lector sumido en la inquietud.


8. Contexto dentro de la obra de Quiroga

Este cuento pertenece a Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917), donde Horacio Quiroga combina lo real con lo extraño, siempre bordeando lo trágico.

En este caso, se aleja de la selva misionera o el hogar opresivo y se adentra en el mar como espacio de lo desconocido y lo alucinante.

El título mismo, “Los buques suicidantes”, tiene un efecto extraño: hace que el lector se pregunte ¿quién se suicida? ¿el buque? ¿la tripulación? ¿todos?


9. Lectura filosófica (opcional, pero poderosa)

Podemos leer el cuento como una metáfora de la vida moderna:

  • Las personas navegan por inercia.

  • Entran en estados de alienación donde pierden el sentido de su existencia.

  • Uno a uno, sin razón, se "tiran al agua".

  • El que sobrevive no es el más fuerte, sino el que acepta el absurdo sin intentar resistirlo.

El cuento dialoga, sin proponérselo directamente, con ideas existencialistas.

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